siempre fui
una especie de heidi
urbana
en la esquina blanca
de mi vereda
(la comodidad)
la caminata sujeta a comprender
el deja-vu
de la casa alpina
y mi perra retozando
como copo de nieve
el contraste entre hablar y no
hablar
(la diferencia)
sobre baldosas viejas
una rayuela de instantes cenicientos
de tiza
(de colores)
indeleble
una apertura
y la claridad de ver celeste
(el asombro)
porque hay que seguir caminando
sin mirar si son las doce
sin contar el tiempo
sin esperar harapos ni calabazas
(así de fácil)
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1 comment:
hey, que bonito poema, me gustó mucho, suerte!!!!!!
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